Paisajes color malva: los campos de lavanda en la Provenza
Descubre los coloridos campos de lavanda en la Provenza, el gran símbolo del sur de Francia.
Hablar de La Provenza es hacerlo sobre uno de los destinos más completos que existen en toda Francia. Desde las faldas de los Alpes hasta la orilla del Mediterráneo y desde la región de Occitania hasta la frontera con Italia, se extiende este interesante territorio que ofrece impresionantes paisajes naturales, históricos monumentos medievales y amplias ofertas culturales.
Pero si hay una imagen que destaca por encima de todos estos elementos, es la que protagoniza el color malva de los bellos campos de lavanda, el gran símbolo de la Provenza.
Bienvenido, verano
Los campos de lavanda son la seña de identidad de la Provenza y de todo el sur del país galo. La lavanda es un espigado y aromático arbusto que destaca por un tallo largo de color verdoso coronado por una bella flor liliácea que llenan de color las praderas del lugar.
Este símbolo provenzal lo es también del verano, pues su flor comienza a abrirse al mundo a principios de junio y continúa haciéndolo hasta bien entrado agosto, por lo que los primeros colores malvas de su flor son considerados como toda una bienvenida al verano.
Al son de la climatología
La floración de la lavanda no es exactamente igual cada año. Como todo elemento de la naturaleza, la lavanda crece y florece en función de las condiciones meteorológicas que se den ese año antes y durante su habitual periodo de crecimiento.
También hay que recordar que la Provenza tiene un extenso territorio y, dependiendo de la zona de la región en la que nos encontremos, su floración será más temprana, como en las zonas cálidas cercanas al mar Mediterráneo, o más tardía, como en las zonas frías del norte situadas a las faldas de los gigantescos Alpes.
La vida alrededor del malva
La gran fama que tienen los campos de lavanda de la Provenza ha fomentado que la vida de gran parte de los habitantes de la región gire en torno a esta bella planta. Los agricultores se vuelcan en cuerpo y alma para que la cosecha sea productiva y ofrezca el máximo beneficio para así mantener su estilo de vida.
Su producto más destacado es la deliciosa miel de lavanda, uno de los tesoros de la región. Este sabroso oro líquido está lleno de dulces matices capaces de dar un toque diferente a muchas comidas y se convierte en todo un recuerdo que el viajero puede adquirir para saborear la Provenza desde su propia casa.
Las mejores vistas
Existen diversos lugares que concentran una gran cantidad de campos de lavanda y que se apoyan en las curiosidades de sus alrededores para crear una interesante ruta turística que atraiga a todo tipo de viajeros.
Entre ellos podemos encontrar los bellos campos de Gordes, junto a su curioso pueblo acompañado de un castillo del s.X y lleno de pasadizos subterráneos, los de la Abadía de Sénaque, una idílica estampa de abadía flotando entre la lavanda, o los de Sault, con su interesante festival veraniego conocido como «Oro Azul».
El momento ideal para disfrutarlos
El mejor momento del año para visitar estos idílicos paisajes franceses se encuentra en el mes de julio. Como hemos mencionado antes, la floración de la lavanda tiene lugar entre junio y agosto, por lo que, si se deciden a viajar a esta región, julio sería la elección más acertada.
Durante ese mes, es muy posible que encontremos los campos de lavanda en su máximo esplendor, justo antes de comenzar a ser recolectados por los agricultores locales.
Un paseo para recordar
Como has podido comprobar, la Provenza tiene el orgullo de contar con una de las postales más bellas y reconocibles de toda Francia. Estos extensos campos de lavanda aportan su característico detalle cromático al paisaje y se convierten en una parada indispensable para todo viajero que decida pasear por las sureñas tierras del país galo.
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