Abril con duende: la mágica Feria de Abril de Sevilla
Grandiosa como ninguna otra, la Feria de Abril de Sevilla es una imprescindible parada del viajero que se decide a conocer la capital andaluza en el primaveral mes de abril.
Sevilla en abril es luz, color y alegría. Con la primavera bien asentada en su trono, llega a la capital andaluza una de las festividades que más ilusionan y emocionan a sevillanas y sevillanos: La Feria de Abril.
La Feria de Abril, también conocida como Feria de Sevilla, es una popular celebración protagonizada por el folclore andaluz, la buena comida y bebida, las casetas, las luces y los fuegos artificiales que durante 7 días iluminarán con un fulgor especial la ciudad de Sevilla.
En el post que estás a punto de leer te descubrimos la historia, las costumbres y las curiosidades de esta gran celebración andaluza que se cuela, con mucho arte, entre las más importantes de toda España.
Un vasco, un catalán y la reina Isabel II
La primera Feria de Abril se ideó en el año 1846. La iniciativa la llevaron a cabo dos concejales, el bilbaíno José María Ybarra y el barcelonés Narciso Bonaplata, que propusieron la celebración de una feria con una duración de 3 días y a realizar en algún momento del mes de abril.
Por aquel entonces, España estaba regentada por la reina Isabel II y la Feria tuvo que contar con su aprobación para ser celebrada, hecho que finalmente sucedió en septiembre de 1846. Así pues, la primera Feria de Abril se inauguró un 18 de abril de 1847 en el Prado de San Sebastián y con la finalidad de ser un punto de compra-venta de ganado.
La Feria resultó ser un éxito, ya que recibió aproximadamente unos 25.000 visitantes llegados de distintos puntos de la península. Este éxito llevó a una segunda edición realizada al año siguiente y así sucesivamente hasta convertirse en una de las celebraciones más importantes de todo el país.
Del pasado al presente
La Feria de Abril ha ido evolucionado con el paso del tiempo, dejando a un lado aquella finalidad más mercantil para transformarse en toda una fiesta con mayúsculas.
En la actualidad, la Feria de Abril cuenta con 7 días de celebraciones que tiene lugar más o menos dos semanas después de la Semana Santa, la otra gran festividad de Sevilla. Da comienzo en sábado, unas pocas horas antes de que las manecillas del reloj marquen las 00:00 h, hora exacta del conocido «alumbrao», y cierra 7 días después con un sonoro y colorido castillo de fuegos.
Los eventos tienen lugar en el Real de la Feria, unos terrenos destinados a la celebración de la Feria de Abril y que se divide en 3 sectores: el Real de la Feria, la Calle del Infierno y el Aparcamiento.
Y se hizo la luz
Tras una noche protagonizada por el «Pescaíto frito», llega uno de los momentos más esperados de la Feria de Abril: el encendido de luces. Este acto tiene lugar en la conocida «Noche del alumbrao» que es cuando se procede al encendido de todas las luces del recinto ferial, iluminando el corazón de Sevilla.
No podemos hablar del alumbrado sin mencionar la gran Portada. Esta monumental construcción se coloca pocos días antes del inicio de las fiestas y cada año tiene una estética diferente que homenajea un lugar o monumento en concreto asociado con Sevilla.
Adornada con cientos de miles de bombillas, su destello inaugura la Feria de Abril y dará la bienvenida a todas las personas que la visiten, manteniéndose encendida durante todas las noches y hasta el último día de celebración.
Reales e infiernos
Como se ha mencionado con anterioridad, la Feria de Sevilla se compone de 3 zonas: el Real de la Feria, la Calle del Infierno y el Aparcamiento. Estas zonas cuentan con una exigente normativa para garantizar la autenticidad y el protocolo de la festividad y tienen diferenciadas sus funciones durante los 7 días de fiesta.
El Real de la Feria es la calle principal de la Feria. En ella se encuentran las 1.053 Casetas clásicas, los pequeños y coloridos recintos donde la gente se reúne, come, bebe y baila. Por las mañanas, destaca por acoger largos paseos en caballo y carruajes, mientras que por la noche se llena de un gran ambiente festivo, con el flamenco y las copas como protagonistas a la cálida luz de los numerosos farolillos que la engalanan.
Un dato curioso es la razón de su nombre, ya que se llama Real por el real (antigua moneda de España) que cobraban los antiguos cocheros que llevaban allí a los visitantes.
La Calle del infierno es el nombre tradicional con el que se conoce al parque de atracciones que hay contiguo al Real de la Feria. Dispone de una amplia superficie donde se desarrollan más de 400 actividades con la finalidad de divertir a todo tipo de público, especialmente a los niños. En ella se pueden encontrar atracciones, tómbolas, circos, variados espectáculos, diferentes tipos de tiendas y un largo etcétera de entretenimientos que imprimen magia a la Feria de Abril.
Un sonoro broche final
Todo comienzo tiene un final. El de la Feria de Abril llega con los últimos minutos de la noche del sábado siguiente al luminoso «alumbrao». Durante 7 grandes días, Sevilla ha sido el epicentro cultural y turístico de toda España gracias a la Feria y si ésta tiene que tener un cierre, que sea como la Feria misma: a lo grande.
Se rescata de nuevo ese concepto de principio/final tan característico de las medias noches y se espera a que el reloj marque las 00:00 h, hasta ese último instante del sábado y primer momento del domingo, para dar comienzo a un espectacular castillo de fuegos que son lanzados desde las orillas del río Guadalquivir.
Y con este bello broche final se da por clausurada la Feria de Sevilla. Es entonces cuando afloran las emociones, se recuerdan los momentos vividos y se sueña con futuras vivencias que tendrán lugar en ese mismo sitio el próximo año.
Orgullo hispalense
La Feria de Abril es todo un orgullo para las sevillanas y sevillanos que muestran al mundo con orgullo su llamativo folklore. Durante esa semana, Sevilla brilla con un fulgor mayor que el habitual, en la que su esencia se palmea y taconea, se baila y se canta, se come y se bebe, se disfruta… SE SIENTE. Descubrir de cerca esta festividad es una de esas vivencias que el buen viajero tiene que experimentar al menos una vez en la vida.
En abril, la «feria de ferias» te espera. En abril, Sevilla te llama.